Un músico se encuentra a menudo en situaciones inesperadas. Las prisas, la improvisación , la casualidad , el sonido o la ignorancia conducen a situaciones generalmente cómicas pero también en ocasiones dramáticas y catastróficas.
Anecdotario I
Un buen amigo de mi profesor era un joven (creo que dijo que tenía 20 años), bajista de jazz que intentaba hacerse un nombre en el área de Boston. Sin experiencia apenas sobreviviendo. Sin embargo, poco a poco se estaba haciendo un nombre. Una noche, recibe una llamada de su gerente, quien le cuenta sobre un concierto improvisado del mismisimo Miles Davis que estaba de gira por la ciudad y se había quedado sin bajista en ese momento. Por supuesto para él (un don nadie) era un sueño hecho realidad.
Cuando llegó allí, conoció a la banda, conoció a Miles y se centró en su trabajo. Se dijeron pocas palabras, por supuesto que se sintió intimidado y Miles se percató. El show comienza. Las primeros temas funcionan bien sin contratiempos parecía que iba a ser un debut bastante impresionante para el desconocido.
En la cuarta canción, Miles comienza a hacer algo extraño. Se pavoneaba por el escenario y cuando lo hacía pasaba por delante del nuevo deteniéndose enfrente suyo y señalando. Así que de inmediato el bajista baja el volumen con la perilla del bajo. Miles hace la ronda de nuevo, deteniéndose igualmente y dando la misma señal esta vez apuntando más fuerte y siguiendo el punto hacia abajo con un severo asentimiento de cabeza hacia abajo. Por supuesto el chico empieza a ponerse nervioso y piensa «la estoy jodiendo delante del mejor músico de jazz de toda la historia»
Miles continúa como 5 o 6 veces así, cada vez apuntando más fuerte, con más agresión y ahora más ira. En este punto el bajo ya está a cero volumen, así que ni siquiera suena. Cuando de nuevo se acerca, el bajista le grita «ESTOY SIN VOLUMEN, DIME QUE QUIERES??» . En ese punto, pone su brazo alrededor de él y con su voz ronca le grita a su oído: MIRA MIS ZAPATOS NUEVOS HIJO PUTA!!!!
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