«Count es… simplemente el mejor pianista cuando se trata de espolear a una banda o de improvisar un acompañamiento para un solo de jazz. Me refiero a cómo hace diferentes preparativos para cada solista y la manera en que, al final de uno de sus solos, prepara la entrada del siguiente músico.». Freddie Green
Si el swing era música apasionada e incitante, William <Count> Basie mostró que existía un lado más reflexivo y suave del swing, un alter ego que incluso con tempos veloces podría moverse con un relajado y casi sereno comedimiento que subliminalmente recordaba las estilizadas y aerodinámicas formas de la era de las Máquinas , donde la ciencia y el arte parecían unirse.
Para Basie fue el resultado de la casualidad y no de la ambición. Nació en Red Bank, Nueva Jersey, el 21 de agosto de 1904 y no terminó la secundaria, prefiriendo la música y el negocio del espectáculo.
Llegó a N.Y. en 1924 y conoció a los pianistas imperantes del Harlem de moda: James P. Johnson, Willie <the lion> Smith y Fats Waller , y llegó a dominar su denso estilo stride a dos manos. Sin embargo, necesitaba escapar de esas poderosas influencias si pretendía desarrollar su estilo propio. Varado en Kansas City, Basie se unió a los Blue Devils, liderados por el bajista Walter Page, en 1927.
La escena de Kansas City
El suroeste americano era un entorno de jazz muy particular, avivado por bandas que trabajaban desde Chicago hasta Texas. En los Blue Devils, Basie conoció a los músicos que lo acompañarían a Chicago y Nueva York. En 1929, Basie se unió a la orquesta de Bennie Moten. A finales de 1932 ya había grabado nueve sesiones con Moten, ninguna de las cuales daba ni una pista del pianista que emergería en su próxima grabación de 1936.
En esos cuatro años en blanco sucedieron muchas cosas. Tras la muerte de Moten en 1935, Basie encontró trabajo en el Reno Club de Kansas City, y contrató a intérpretes de la vieja formación de Moten así como de los nuevos Blue Devils. A principios de 1936 ya tenía contratada a la mayoría de los hombres claves, incluidos Walter Page, Jo Jones y Lester Young. Retrasmitiendo por la noche desde Kansas City, las señales se abrieron camino hacia el norte a través del frío aire nocturno de Chicago, donde llegaron a oídos del crítico John Hammond. Éste escribió para Down Beat que era <la mejor banda del país>, con una sección rítmica <más excitante que cualquier otra en la historia de las orquestas americanas>.
Ese verano, Hammond condujo hasta Kansas y no se arrepintió. La banda pronto estaba camino de Chicago, donde Hammond grabó a una pequeña formación dirigida por Basie, cubriendo el tema de Lester Young <Lady be Good>. De repente, ahí estaba el espacioso y minimalista estilo de Basie al piano, insinuando más notas de las que tocaba y permitiendo a la sección rítmica brillar con claridad meridiana.
El ritmo de Basie
El guitarrista rítmico Freddie Green se unió a Jones y a Page para completar el genuino equipo rítmico de Basie. Con una sección rítmica tan sutil e implícita, los arreglos frecuentemente eran sucintos, y ofrecían espacio. Muchos de los temas más característicos de la banda comenzaban suavemente con una o dos líneas rítmicas para incorporarse más tarde el visionario piano de Basie, para desarrollarse paulatinamente expandiendo diferentes capas de riffs.
El sonido de Basie se desarrolla
Al inicio de los cincuenta muchos de los intérpretes que contribuyeron a dar a la banda su propia voz se fueron, y Basie la reformó en 1952 como una nueva banda cuyo credo institucionalizaba la esencia del sonido Basie, pero sin cobijarse bajo la sombra del solista. Se convirtió en una banda de arreglistas, en la que escritores brillantes como Neal Hefti, Ernie Wilkins, y Sammy Nestico marcaban el paso. Aun así, la banda de Basie incluía a muchos intérpretes de calidad y disfrutó de un creciente éxito desde los cincuenta hasta los ochenta. En ese período, la banda grabó intensamente para Verve, y Roulette , mientras Basie contemplaba cómo su estatus ascendía hasta el de leyenda. La banda continuó dando giras exitosamente, bajo el liderazgo de Thad Jones, Frank Foster, Grover Mitchell y, desde 2004, Bill Hughes, todos ellos veteranos de las bandas de Basie en los cincuenta.
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